A media botella de ron, del "bacacha", ya con la voz algo ronca de las canciones que trataba de entonar o medio guacharear (por mas que le metía al ron, pocas veces realmente llegó cantar algo mas de una frase) y por tanto cigarro consumido y de seguro por el hielo en sus rones, el buen amigo Fay se levanto muy decidido a cambiar de disco -aún la rifaban los acetatos- y buscó en el bonche de la pila de discos que sobre el buró servían de portavasos de un solemne, distraído y de repente efusivo Coffe-rock, el anfitrión.
El buen Fay colocó en el tornamesa el disco y casi casi que quería saltar de la tercera cuerda del ring, pero afortunadamente no había tal... lo que si intentó -en vano también- fue secundar al unísono el famoso "hay hombres que luchan un día.... " etc. Pero resulta que el Vega Gil no le dio chance y el Fay solo lo pudo alcanzar en el grito, "... esos son los chidos..."
Los acordes-guitarrazos que inician el rezo-rock-crónica de la rola en manos del Aráu, abrieron la pista y la fantansia para el salto al vacio por parte de amigo Coffe-rock. Con cierto disimulo me hice a un lado para dejarlo volar libre y sonriente, por su parte Toño, cuidando su vaso con ron, y con su cigarro en la boca, apenas pudo librar la pierna izquierda y el tremendo zapato (de peluche) al aire, que era parte de la vestimenta del improvisado luchador-volador-bailador-acróbata. Afortunadamente, nuestro amabale anfritrión, no cayó mas lejos que al centro de su colchón.
Y apenas la noche empezaba. El reloj marcaba las 12:30 de la mañana del sábado.
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Efraín, feliz cumpleaños.. salud y va un abrazo.
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